Diariamente vamos y regresamos en carro, lo cual es muy divertido y me da la oportunidad de distraerme un poco de mi rutina. Inicialmente, me colocan mi correa, por mi seguridad y para permitirle a Arturo manejar con tranquilidad, luego me abren un poco la ventana, para que me de el aire y así puedo ver los vehículos que pasan, ladrarle a la gente y a los bicicleteros y motociclistas.
Acaparo la atención de toda la gente, muchos me identifican dicen "Mira, el perrito de los Hombres de Negro" también oigo decir "Ay qué bonito perrito", yo quisiera decirles que no soy perrito, sino perrita, y que no soy de "Los Hombres de Negro" porque no me contrataron para actuar allí, cuando hicieron esa película, yo todavía ni nacía, apenas me encontraba en los planes del Señor.
A veces adopto la posición de peluche: Me subo arriba del asiento junto al vidrio trasero, es algo que me gusta mucho hacer.
Cuando está lloviendo y Arturo tiene que encender los limpiaparabrisas me asusto y me pongo a ladrar y no me calmo con nada.
Disfruto mucho los paseos en automóvil.
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